¿Qué pasa cuando Mercurio se pone retrógrado en Piscis?
Oye, agarra tu café o tu té, porque esto se pone intenso. Mercurio retrógrado en Piscis es como meter un poema en una licuadora: todo se mezcla, se revuelve y te sacude el alma. Piscis, regido por Neptuno, es el signo de los sueños, la intuición, las emociones que no explicas, el arte que te atraviesa y esa sensibilidad que a veces te hace sentir todo al mismo tiempo. Ahora imagina a Mercurio, el rey de la comunicación, las ideas y el pensamiento claro, dando pasos hacia atrás en este mar de agua cósmica. ¡Es un viaje!
Este retrógrado no es como otros. Aquí no solo se trata de que el correo no llegue o el celular se vuelva loco (que también), sino de que tu cabeza y tu corazón van a entrar en una danza extraña, hermosa y un poco caótica. Piscis no piensa en líneas rectas, y Mercurio retrógrado aquí te va a pedir que sueltes el control y te dejes llevar por las olas.
Comunicación en modo Piscis: ¿Dónde quedó mi voz? Mercurio retrógrado en Piscis
Mercurio rige cómo hablas, cómo piensas, cómo mandas ese mensaje o cierras ese trato. Pero en Piscis, la comunicación se vuelve un susurro del alma, un pincel que pinta más que una palabra que explica. Cuando está retrógrado, olvídate de claridad tipo manual de instrucciones. Vas a sentir que tus ideas se escapan como agua entre los dedos, que dices una cosa y el otro entiende otra, o que te pierdes en un mar de emociones antes de terminar una frase.
¿Problemas? Claro que sí. Podrías malentender a alguien querido porque todo se siente más grande de lo que es. Ese mensaje que envías podría sonar como un poema raro en vez de algo directo, y las conversaciones importantes —esas sobre sentimientos, sueños o planes— podrían enredarse en nudos que no sabes cómo deshacer. Piscis trae confusión a la mesa, y Mercurio retrógrado la hace reina: malentendidos con amigos, lágrimas por algo que no era para tanto, o hasta un “¿qué dije?” cuando intentas explicar lo que sientes.
El lado mágico de este caos Mercurio retrógrado en Piscis
Pero espera, que no todo es drama. Este Mercurio retrógrado en Piscis es un regalo envuelto en niebla. Es tu chance de escuchar lo que no dice palabras: tu intuición, tus sueños, esas corazonadas que te susurran verdades. Las comunicaciones racionales se tambalean, sí, pero las del corazón y el alma se encienden como nunca. Vas a sentir cosas que no puedes poner en un email, y está bien. Es tiempo de recibir, de soñar despierta, de dejar que las ideas floten como burbujas sin forzarlas a aterrizar.
Si eres de las que crea —arte, música, escritura—, este período es oro puro. Las musas de Piscis van a bailar contigo, aunque Mercurio te haga tropezar un poco. Y en tus relaciones, aunque haya enredos, también puede haber conexiones más profundas, de esas que no necesitan tantas palabras.
¿Qué hago con este remolino?
Te lo digo desde ya: no intentes controlarlo todo. Mercurio retrógrado en Piscis te pide que fluyas, que anotes lo que sientes sin juzgarlo, que dejes las decisiones grandes para cuando se ponga directo. Lleva un diario, porque esas ideas locas o esos sueños raros que te lleguen ahora son pistas de algo más grande. Si te peleas con alguien por un malentendido, respira hondo y espera; lo que parece un desastre hoy podría ser un mal chiste mañana.
Pregúntate: ¿Dónde me siento perdida? ¿Qué emociones me están hablando? Piscis rige lo que no se ve —tu mundo interior, tus miedos, tu magia— y este retrógrado va a revolver eso para que lo mires de frente.
Un consejito que te va a encantar
Agarra una vela azul (Piscis total), siéntate con ella y escribe en un papel: ¿Qué me está enseñando este caos? ¿Qué suelto? Quema lo que dejas ir —un miedo, una duda— y guarda lo que te quedas, como una promesa a ti misma. Hazlo con música suave de fondo, que este retrógrado ama el ambiente. Y si puedes, ponte algo plateado o azul para sintonizar con esa vibra acuática.
El mundo también lo siente
En lo colectivo, prepárate para confusiones grandes: noticias que no se entienden, emociones a flor de piel en todos lados, o hasta planes que se diluyen como acuarela. Pero también puede ser un momento de inspiración mundial, donde las ideas locas y los sueños compartidos brillan más que nunca.